martes, 19 de julio de 2016

CORAZON CONTENTO

UN CAMBIO NECESARIO Y URGENTE AL MODO COMPARTIR


Hace unos días, se llevó a cabo la campaña Ponle Corazón, campaña en la cual participé activamente ya que desde hace unos cuantos meses soy voluntaria activa del Albergue Frieda Heller.

Por esta razón, la colecta este año tuvo otro significado para mí mucho más grande e importante. Cada sol recolectado, llevaba el rostro de cada uno de los pacientes con los que comparto buena parte de mi tiempo, por lo que su causa es parte de mi vida y por lo tanto, estaba tan interesada como ellos en que no sólo se lograra la meta: 2'000,000 de soles este año, sino además, se pudiera motivar a más gente a dar con alegría.

Por un lado, esta experiencia resultó gratificante por participar activamente como nunca antes, a favor de una causa como ésta, pero así como experimenté el entusiasmo desde mi nueva posición, también pude saborear un poco el lado amargo de “pedir”, golpeándome con la indiferencia de muchos que pasaban sin mirar  o simplemente daban de mala gana, quizá obligados por un sentimiento de “culpa” cuando escuchaban de algunos de nuestros voluntarios “por favor, no querrías ayudar a los niñitos que sufren de cáncer?”

Esto me lleva a pensar en lo que me dijo un amigo querido, al que su personalidad inquieta y gran corazón, lo motiva siempre a unirse a distintas causas de ayuda social : “hay que cambiarle el chip a la gente”, “debemos cambiar el concepto de dar limosna por el de compartir lo que tenemos”., “la pena no motiva a dar más sino por el contrario.” 

Los problemas y la pena son parte de nuestra vida diaria, por lo que como seres humanos sensibles, no necesitamos ni queremos más emociones ni sentimientos "extras" que para nosotros son negativos, y la pena lo es.

Eso me hace recordar, lo que algunos de mis amigos y conocidos dicen acerca de la labor que hacemos en el albergue: “que fuerte, yo no podría, me moriría de pena.” “debe ser un lugar triste.”, etc etc
Bueno, lo cierto es que yo no siento que comparto parte de mi vida en un lugar triste. Por el contrario, para mí es el lugar más risueño del mundo, nos reimos mucho y nos divertimos. Desarrollamos talleres recreativos para los niños y pacientes adultos. Cantamos, bailamos, contamos cuentos y hasta actuamos. Hacemos lo que nos gusta e invitamos a los residentes del albergue a unirse a la diversión.
No hay pena, sólo hay alegría en el diario compartir. Ellos son felices y nosotros también.

Me parece que la clave de la ayuda social es lograr la empatía con el mismo sentimiento positivo, es decir, buscar aquello que a ambos (el que da y el que recibe) nos gusta o divierte, lo que nos calienta y abraza el corazón.

Y eso pasa por cambiar el concepto de donar por el de compartir. Mucha gente define el concepto de donación como dar lo que ya no te hace falta. Distinto es compartir. Compartir es DAR algo VALIOSO para nosotros porque sabemos que a otra persona lo hará tan feliz y reconfortará también. Extender nuestro beneficio a los demás. Si yo me siento bien con esto o aquello, yo sé que también te hará sentir bien a ti. Compartir lo bueno que tenemos con los demás nos hace personas más felices.





Particularmente, considero que las campañas de publicidad que se desarrollan para las causas de ayuda social, deberían estar impregnadas de optimismo y del concepto compartir. No querer despertar la pena y la compasión en los lectores (que ya saben y conocen mucho de eso) sino enganchar con esos sentimientos que nos ayudan a todos a salir adelante: el amor y la alegría principalmente. Me parece que lograríamos más seguidores y mejores resultados porque a quién no le gusta sentirse bien y motivado. Algo para reflexionar a mediano plazo en la forma como llevamos ciertas campañas de ayuda social.



Algunas muestras de iniciativas y ejemplos publicitarios del modo compartir en FACEBOOK

@estamosdandounamano

Página de Tienda virtual de mantas donde comprando una manta,  donas automáticamente otra a distintas zonas del Perú afectadas por el friaje.




@truequesolidarioperu

Página de una organización que motiva el intercambio de bienes en buen estado que quisieras vender por artículos de primera necesidad u otros para distintas instituciones de caridad.




























Como estos ejemplos hay varios más, los invito a que me escriban para compartir algunos que para ustedes valgan la "pena" y seremos así más los que haremos de la ayuda social una fiesta donde todos celebremos la alegría de DAR.


Suerte e inspiración, ¡y hasta la próxima!

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