jueves, 21 de mayo de 2015

Lánzame el flotador!!

Como no ahogarnos en momentos de crisis

Todos, alguna vez,  nos hemos visto atrapados en uno de esos momentos en que tenemos la sensación de que nada funciona, en el que nuestros esfuerzos parecen anularse uno tras otro, en el que a pesar de remar y remar, no vemos la orilla.  A mí me ha pasado más de una vez.

Bueno, esos momentos difíciles es a lo que llamamos crisis.

Definición de crisis: Situación grave y decisiva que pone en peligro el desarrollo de un asunto o un proceso. Si hablamos de una crisis personal, se refiere a la situación difícil que atraviesa un individuo. Lo cierto es que así sea que le toque a todo un país o sólo a un ciudadano “de a pie”, las crisis crean gran incertidumbre, inestabilidad y temor al no tener control sobre el desarrollo de un acontecimiento.

Las crisis pueden durar momentos, días, semanas, a veces más tiempo; la pérdida de un trabajo, un divorcio o el final de una relación, la partida de un ser querido, el cese de un contrato, una mala decisión de inversión, en fin, pueden darse por muchos motivos. Y es que causadas o no por nuestras decisiones, no podemos evitarlas, son parte del “paquete de la vida”.

Se dice que detrás de toda crisis siempre hay una oportunidad, oportunidad que quizá no vemos en el momento de alta tensión, en el que nuestro único propósito es mantenernos a flote para no hundirnos, y a la vez quizá, mantener a flote a otras personas que dependen de nosotros, nuestra familia, nuestros trabajadores, etc.

Pero lo cierto es que sí, esa oportunidad está, existe. Luego del primer impacto, cuando la marea se estabiliza e incluso llega a bajar un poco, es bueno calmarnos. Levantar la cabeza y volver a tomar aire para empezar a pensar con claridad.



A continuación una lista con algunos tips que me han servido en momentos de crisis:

Pedir ayuda


Reconozco que soy una de las personas a quien no le gusta pedir ayuda, evito a toda costa hacerlo, prefiero ser yo la que encuentre la salida por mi cuenta utilizando hasta mi último recurso. Pero ha pasado que he tenido momentos, en los que si no me tiraban un flotador, me hundía sin remedio. Y muchas veces gracias a ese “flotador”, he tenido más tranquilidad para pensar y armar un plan de contingencia. Además, sentir que alguien nos tiende una mano o simplemente nos acompaña y nos soporta en un momento difícil, nos hace más liviano el camino y nos fortalece para poder salir adelante.
A veces, ser los “jefes” (cabeza de familia o en el trabajo) nos hace olvidar que también necesitamos de otras personas. Tomemos en cuenta que el bienestar común depende de la unión.


Involucrar al entorno


No se trata de ir como almas en pena lamentándonos de nuestra mala suerte ni tampoco maldiciendo a cuanto individuo se cruce en nuestro camino en esa etapa gris, sino de comunicar abiertamente nuestros sentimientos y temores, sobretodo cuando nuestra crisis afecta a este entorno cercano: familia, trabajadores, etc. Lo mejor es que conozcan nuestra situación para poder así, aportar soluciones creativas que colaboren a suavizar el momento e incluso encontrar oportunidades en medio de la tormenta. Pueden ayudarnos a reducir gastos innecesarios por ejemplo, o generar nuevas ideas de negocio. 


Llenar nuestro tiempo con actividades diferentes y productivas


Considero que una de las cosas que más nos golpea en momentos de crisis, es ver nuestra rutina afectada. Es decir, lo que estábamos acostumbrados a hacer hasta ayer, ya no está más; sea nuestro trabajo, nuestra pareja (ahora ex pareja), nuestro ser querido que partió, etc…

Eso no sólo nos deja un gran vacío interior sino también genera un gran hueco en nuestras horas del día. Lo mejor es buscar alguna actividad de momento que llene ese tiempo libre. No hay nada mejor que despertarse con algún pendiente que debemos realizar durante el día. Hora de aprender a cocinar, algún curso de jardinería, algún deporte que no tenías tiempo para practicar. Una buena opción quizá, para quienes perdieron el trabajo y quieren conseguir otro en el corto plazo sería buscar algunos cursos de actualización u otras actividades que puedan potenciar sus competencias laborales. Ahora hay una gran oferta en Internet de cursos muy buenos a bajo costo e incluso gratis, los cuales además, permiten adaptar tus horarios. Esto será muy útil a la hora que comiences a trabajar de nuevo.

En el caso de las personas que terminaron una relación, quizá también sea el momento de contactar viejas amistades o simplemente frecuentar más a los amigos que dejamos de lado por andar tan “ocupados”. Respecto a las crisis causadas por la muerte de un familiar, considero que es otro tipo de proceso, el cual toma más tiempo, no es lo mismo la pérdida de un padre, una madre o abuelos, que la de una pareja, un hermano o un hijo. Cada caso es distinto.
Lo que considero que ayuda (por lo que he visto con gente cercana y experimentado yo misma), es encauzar el amor que le teníamos a quien partió hacia otras personas, sean familiares, amigos, incluso alguna obra de caridad o voluntariado. Si bien nada nos devolverá a nuestro ser querido, el dar nuestro tiempo, dedicación  y amor a quienes lo necesitan, consuela y alivia.


Enfócate en nuevos proyectos


Los momentos de crisis son momentos de cambio. Aprovecha para evaluar tu vida, tus metas y hacia donde quieres llegar. ¿Te sentías realmente cómoda en tu trabajo anterior? ¿O quizá creas que pudiste llegar más lejos, trabajar en otra área? ¿Hay algún negocio que quisiste desarrollar siempre y nunca encontraste la oportunidad de hacerlo? Quizá éste sea el momento para hacer un listado de tus competencias y talentos para reformar tu CV y encontrar en tu próximo trabajo un mejor desarrollo profesional. Quizá es el momento de hacer realidad ese proyecto que tenías en mente, tu propio negocio. Ahora tienes el tiempo necesario para estudiar el mercado y ver tus mejores opciones.


Mantener el buen humor

La risa es remedio infalible. Ríete. Rodéate de gente alegre, esas amigas un poco locas y graciosas, de la gente que siempre tiene algo bueno que decir y está contenta. Mira series cómicas y películas que te saquen una carcajada porque sí. La risa cura y alivia el alma. Muchas veces me he reído de la situación que me llevó a una crisis unos días después, encontrándole el lado cómico al asunto y eso hizo que la vea mucho más inofensiva de lo que realmente fue. Si tienes niños pequeños en tu familia, sean tus hijos, sobrinos o nietos o hijos de amigas, juega con ellos, diviértete con sus ocurrencias. Los niños tienen un don especial, esa chispa divina de la alegría por lo que es inevitable no salir contento y lleno de energía tras una tarde de juego con ellos.


Nunca dejes de tener metas

No importa la crisis por la que estés pasando, el mundo sigue girando y tú eres parte de él. La vida continúa y todo pasa.
Nunca dejes de seguir soñando, de tener metas propias, no importa el tamaño de éstas, sea que quieras aprender a jugar tennis o a cocinar o hasta tener tu propia cadena de restaurantes. Nunca dejes de creer en lo que quieres o de buscar nuevas motivaciones porque de eso se trata la vida. Lee, viaja, observa. Mientras hay vida hay esperanza y la vida es HOY, no cuando encuentres el trabajo ideal o el novio ideal. La vida se VIVE cada día y son tus decisiones las que al final harán que el balance sea positivo al margen de las circunstancias que te ha tocado vivir.


Confía en Dios

Por último y no menos importante, hacer tu mejor esfuerzo y el resto dejarlo a Dios o a tu poder superior, sea cual sea en el que quieras creer. Para mí es así de sencillo: nosotros seres humanos hacemos nuestra parte, quizá un 80% o un poco más y EL se encarga del resto. Su aporte es determinante siempre. Y para mí manejarlo de ese modo me da mucha tranquilidad.
He tenido varias crisis en mi vida, profesionales y personales y en cada una de ellas he hecho uso de toda mi creatividad, no sólo para salir a flote sino para nadar y llegar a buen puerto. Pero no hubiera tenido la fuerza necesaria sino creyera que existe un ser superior a mí que controla mi mundo y los acontecimientos.  Así que si tú también tienes un poder superior en el cual crees, búscalo y ofrécele tu carga en momentos de crisis, Él te dará la fortaleza y sabiduría para salir adelante.


Bueno, es todo por hoy, los dejo con esta frase inspiradora. 


Suerte e inspiración siempre!


Ana Maria Chacaltana
Directora Creativa
www.apropositopublicidad.com

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